Preguntas, siempre preguntas

Con las conmovedoras noticias de hoy, la liberación de dos mujeres secuestradas por las Farc, vuelvo a preguntarme que piensa la gente. Me sorprende escuchar a una de las liberadas decir que está segura de que dios ablandó el corazón de Marualanda (Tirofijo) para que su nombre fuera escogido para la muy corta lista de liberados.

Será que ella rezó mas "duro" que los demás?
Será que dios no le podia haber ablandado el corazón a Tirofijo antes?
Será que no se lo pudo ablandar más para que los soltara a todos y para que de una buena vez deje las armas?
Será que no se lo pudo ablandar tanto que dejara de mandarle sangre al cerebro y fuera a su santa presencia y dejara que parte de Colombia sea un mejor lugar?

La mamá de la otra liberada, dice que todo esto ocurrió gracias a dios. Que es un premio a la fe.
Yo vuelvo y me pregunto, si es así por qué no ocurrió antes?
por qué no ocurre para los demás?
Qué clase de dios tiene que permitir tanto dolor para luego premiar la fe?

A veces veo a la humanidad como un montón de niñitos inmaduros incapaces de tomar control de su destino, incapaces de hacerse responsable de sus actos, invocando constantemente la voluntad de un dios para justificar sus actos. Para darle significado a la podredumbre que nos rodea y tambien a lo más bello que tenemos. Vienen a mi mente, en este mismo instante, las palabras de mi mamá cuando insiste en que la prueba de la existencia de dios es la existencia de mis hijos.

Dónde cuernos esta dios que permite tanto sufrimiento en el mundo?
No es acaso omnipotente?
Necesita que sus amados hijos sufran tanto?



Hoy entre las noticias pasaron un programa en CBC radio en el que discutían sobre dios y su existencia. Uno de los panelistas trajo a cuento unas palabras del Dalai Lama en las que pedía que la gente no se convierta al Budismo. Según el Dalai Lama el mundo no necesita más Budistas pero si más gente compasiva.


Compasión, compasión, compasión.


Esto no es un ataque, son sólo algunas de mis preguntas y entiendo que cada quien se agarra de lo que puede para no dejarse caer.